Durante estos últimos años que hemos sufrido esta grave crisis económica mucha gente se ha preguntado que como era posible que mientras empresarios y comerciantes que llevaban muchos años viviendo de sus negocios tenían que cerrar los mismos, proliferaban las aperturas de negocios minoristas chinos.
Fotografía de comerciochinoenespaña.wordpress - Google Images |
La
proliferación de estos entramados empresariales chinos (existen 185.000 chinos
residentes en España) que se dedican mayormente a la importación de productos
“Made in China” tiene su explicación en que sus prácticas de comercio van más allá
de la legalidad (a la que el resto de los españoles nos ceñimos) y mediante
operativas como la falsificación de las declaraciones aduaneras ( para pagar
menos I.V.A.) y de aranceles en las fronteras europeas consiguen hacer más
competitivos sus productos textiles, sus zapatos, sus juguetes y demás
mercancía.
Este
gran fraude fiscal se ha podido producir gracias a la libre circulación de
mercancías por territorio comunitario y a los vínculos muy estrechos que tienen
con las entidades financieras chinas (en el caso de España con el I.C.B.C.) que
han servido de instrumento para el “blanqueo” del dinero “negro” generado, que
en el caso de España se calcula en más de 400 millones de euros desde el año
2.011.
Fotografía ABC.es de Google Images |
Esta
estructura de “blanqueo” se ha ido perfeccionando con el paso del tiempo y se
ha pasado del rudimentario correo humano y al envio continuo de remesas
fraccionadas para no llamar la atención de las autoridades fiscales, a las más
sofisticadas como son las operaciones de compensación en paraísos fiscales
(entregas de efectivo en España contra transferencias realizadas desde bancos
en el extranjero).
Este
fraude no se ha realizado únicamente con la importación de productos “Made in
China” sino que debido a su rentabilidad, se ha ido ampliando a otras
actividades ilícitas más lucrativas como es la emigración ilegal (vinculada a
la explotación laboral en talleres textiles clandestinos) y al contrabando de
mercancías (tabaco, falsificaciones…).
La
solución a este fraude fiscal y aduanero no está únicamente en manos de las
autoridades europeas sino que pasa fundamentalmente por la cooperación de las
autoridades chinas y es aquí donde chocamos con un “muro” por la falta de predisposición
e interés por parte de las mismas en la solución de dicho problema.
Articulo de referencia:
Diario El Mundo (autor Juan Pablo Cardenal) del 25/02/16.
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