lunes, 30 de noviembre de 2015

El futuro inmediato de las tarjetas de crédito.

Aun habiendo crecido más del doble en estos últimos diez años las tarjetas  de crédito deben afrontar en breve la competencia de nuevos modelos de pago. Llegan las nuevas fórmulas para las nuevas generaciones.

En este artículo de Eugenio Mallol de El País podemos vislumbrar muy bien cuáles serán las nuevas tendencias para el pago en un futuro no muy lejano. El "selfie pay" y otras fórmulas se posicionan como inminentes.

Por Barcala&Partners.


Más allá de la tarjeta de crédito física, así se diseña el futuro en Mastercard Labs...

El equipo de Mastercard en PayTech 2015: Kevin O'Connell (Labs), Paulo Raposo (country manager Portugal), CarloEnrico (presidente Western Europe), Paloma Real (desarrollo de negocio e innovación, España y Portugal), Edgar Aguilar (responsable de Enterprise Security Solutions), Rose Beaumont (jefa de comunicación Europa) y Ovidio Egido (director general España). SERGIO ENRÍQUEZ-NISTAL
Llega el Selfie Pay, usuarios identificados por el ritmo cardiaco, máquinas de vending que hablan con el móvil, aplicaciones para pagar antes, durante o después de la compra... el laboratorio donde se diseña la revolución de los medios de pago.

EUGENIO MALLOL (MADRID)
@eugemallol

«¿Cuándo desaparecerá la tarjeta de crédito física?», le pregunto al irlandés Kevin O'Connell, vicepresidente y jefe de Innovation Labs de Mastercard Labs. «Esa es una pregunta fenomenal». El sector de los medios de pago mantiene cautela y prefiere no anticipar acontecimientos. El destino de la tarjeta de plástico lo va a decidir la llamada generación millennial y nadie se atreve a predecir exactamente cómo comportará.

«Mi hijo tiene ahora 14 años, cuando llegue a los 21 años y empiece a tener trabajo, ¿interactuará más? ¿Usará más el plástico que el digital o el digital más que el plástico? Hay mucha especulación, lo que tenemos claro es que lo digital adquirirá una presencia masiva en la actividad diaria del consumidor, particularmente de los que se incorporarán al mercado, los que tengan 22 años en 2020», dice O'Connell.

El asunto se complica porque en los próximos años se espera la conexión de 2.500 millones de personas a internet. Uno de los mayores desafíos tecnológicos y económicos de la era moderna. ¿También ellos preferirán medios de pago alternativos a la tarjeta física?

«Creo que sí la utilizarán, pero incorporarán otras experiencias de pago basadas en el móvil», apunta el vicepresidente de MasterCard Labs, «se trata no tanto de acabar con lo que hay, sino de la inclusión financiera mediante nuevos instrumentos de pago, que mejoren los servicios para esa enorme cantidad de gente que no tiene acceso a ellos». Ese es uno de los motivos de la apertura de un Lab en Nairobi (Kenia), con apoyo de la Gates Foundation.

Edgar Aguilar, responsable de Enterprise Security Solutions de MasterCard a nivel global, augura «nuevos modelos de negocio, nuevos medios de pago y nuevas experiencias de usuario», a propósito de esta revolución, «en cinco años se verán más disrupciones que en los últimos 50».

Pero aún hay un tercer factor de complejidad. Se llama Internet de las Cosas. O'Connell y el presidente de la división de Europa Occidental de Mastercard, Carlo Enrico, recitan en distintos momentos lo que ambos describen como el nuevo mantra en la compañía: 

«Cada dispositivo conectado puede convertirse en un dispositivo comercial». Ahí es nada.

Kevin O'Connell tras la clausura del evento PayTech en Madrid. S. E.- N.

«Cada dispositivo conectado puede convertirse en un dispositivo comercial», este es el mantra en toda la compañía.

Con todos esos desafíos en el horizonte, es natural que Mastercard y el resto de actores del mercado dirijan su miradas hacia la gente de sus laboratorios y hacia el talento innovador disponible en todo el planeta, en busca de soluciones.

O'Connell advierte de entrada de que, en el subsuelo de toda su actividad de investigación y desarrollo, está la idea de que «cuando usas la tecnología aspiras realmente a tener una mejor experiencia de usuario que la que tienes cuando usas la tarjeta física, porque los dispositivos son inteligentes». Una de las grandes tendencias actuales es, por eso, «añadir valor antes, durante y después del pago, permitiendo que éste suceda en el momento que más se ajuste a las necesidades del usuario, muchas veces antes de la compra».

Por áreas de trabajo, MasterCard se aproxima al Internet de las Cosas «por segmentos»: las máquinas de vending, el coche conectado y el hogar conectado. Pero «donde estamos poniendo el foco y empezarán los pilotos el próximo año es en una solución realmente low cost para conectar las máquinas de vending existentes».

Se trata de incorporar un puerto estándar, que cuesta apenas unas decenas de dólares, llamado MDB (Multi Drive Box) al sistema de recepción de monedas. El consumidor, utilizando una app del móvil se conecta con la máquina vía bluetooth y compra. Toda la conversación está encriptada.

«Las máquinas de vending serán el gran banco de pruebas para el Internet de las Cosas», sentencia O'Connell. Tiene sentido: hay 20 millones de máquinas en todo el mundo, y apenas un 15% están adaptadas a las tarjetas físicas. La clave de la solución MDB es que «el sistema que nosotros integramos en la máquina no necesita estar conectado, sino sólo ser capaz de hablar con el dispositivo móvil del consumidor».

También en el ámbito del Internet de las Cosas, MasterCard ha diseñado, en colaboración con el fabricante de lavadoras Whirlpool, un modelo conectado que se ha incorporado ya a la cadena de lavanderías de Maytag en EEUU. Se han acabado las esperas para sus clientes: ahora reservan el lavado por el móvil, que les avisa de cuándo está lista la ropa y realiza el pago.

En cuanto a la Experiencia de Usuario, preocupa mucho en MasterCard la cuestión de cuidar el antes, el durante y el después con los nuevos sistemas digitales. Considera un éxito el lanzamiento de aplicaciones como Pay-At-Table en junio pasado y, sobre todo, de Qkr!, de la mano de la cadena de restaurantes wagamama. El consumidor indica su código al camarero y se van realizando los cargos conforme se realizan los pedidos. Al término de la comida no es necesario esperar los 10 minutos de media que tarda en gestionarse la recepción y el pago de la cuenta. En el estadio de los Yankees en Nueva York, los aficionados pueden encargar la bebida y los snacks y decidir cuándo los quieren tomar. El cargo se hace en su cuenta vía MasterPass de forma automática.

Las tecnologías de seguridad son claves para cimentar la confianza del consumidor en el tránsito al nuevo entorno digital. MasterCard quiere que su plataforma MDES (Digital Enablin Services), que enmascara el número de cuenta creando otro similar llamado Token y que ha integrado en ApplePay, se convierta en «el sistema operativo de los pagos seguros del futuro», según O'Connell.

No obstante, la carrera más apasionante se desarrolla ahora en el ámbito de la Biometría, con la implicación de empresas biotecnológicas y médicas («tecnologías que no eran mainstream se están convirtiendo en mainstream»). MasterCard tiene muy avanzado el trabajo con la startup canadiense Nymi, que ha desarrollado un sistema de autenticación del usuario integrando la tecnología EasyG de monitorización del ritmo cardiaco. Es un paso adelante sorprendente: integrado en un dispositivo wearable, no hará falta utilizar sistemas de escaneado, como los del iris o la huella dactilar, porque será Nymi quien autentique.

En el segundo trimestre de 2016, MasterPass incorporará lo que Aguilar describió como el Selfie Pay, un sistema para verificar la identidad del usuario haciendo una fotografía con el móvil. Según explica Edgar Aguilar, «se aplicará un algoritmo tras registrar una serie de puntos de seguridad en la cara» para garantizar la seguridad.

A expensas de garantizar la seguridad


LOS DATOS. Edgar Aguilar señala que «5,7 céntimos de cada 100 dólares gastados en las principales tarjetas globales se pierden en fraude». Y añade: «En torno a 2.000 registros son violados por minuto», de ahí que uno de los grandes desafíos de la industria de los medios de pago sea «mantener la confianza del consumidor» LA GARANTÍA. Kevin O'Connell tranquiliza: «Todos los sistemas de seguridad que existen en el mundo físico, cuando utilizas una tarjeta de plástico en un entorno comercial, al menos están replicados, cuando no ampliados, en el mundo digital». LAS SOLUCIONES. Carlo Enrico define la biometría como «una de las grandes tendencias en los próximos años», y habla de sistemas para integrar la huella dactilar en la tarjeta.

Fuentes de la Información:
El País.

Helpmycash
Artículo: Pasado, presente y Futuro de las tarjetas de crédito.

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